Mientras ellos acumulan un promedio de $ 9,6 millones en su cuenta, ellas sólo llegan a los $ 5 millones.

Mientras ellos acumulan un promedio de $ 9,6 millones en su cuenta, ellas sólo llegan a los $ 5 millones.


En la Comisión Marcel, una de las propuestas que causó más revuelo – y por ello terminó siendo excluida de la Reforma Previsional- fue la de equiparar la edad de jubilación entre hombres y mujeres. Y es que se atribuye a este factor una desventaja para ellas al momento de pensionarse, ya que por ley se jubilan a los 60 años, versus los 65 años de ellos. Esto, sumado a mayores expectativas de vida, provoca que al jubilar ellas necesiten un mayor monto acumulado para recibir una pensión equivalente a la de los hombres.
Si bien la idea ha reflotado con fuerza en medio del debate previsional, expertos señalan que el menor ahorro de las mujeres frente al de los hombres no sólo estaría mermado por los dos factores mencionados.
A lo largo de la vida laboral, lo acumulado por los afiliados masculinos supera el de afiliados femenino. Según las cifras de la Superintendencia de Pensiones, la diferencia más crítica se produce entre los afiliados de 46 años y 54 años de edad, donde el ahorro de los hombres supera en un 100% al de las mujeres.
“La evidencia más clara es la brecha que se da a la misma edad, antes de la edad legal de las mujeres. A los 59 años, el saldo promedio de las mujeres es la mitad que la de los hombres”, dice el académico de la UAI, Eduardo Fajnzylber.
De hecho, las mujeres concentran sólo el 13,2% de las personas con un fondo superior a $ 100 millones. El otro 86,8% son hombres. Mientras, en el tramo anterior (entre los $ 80 millones y $ 100 millones), las mujeres sólo llegan al 20%.
Las razones

Una publicación de la actual superintendenta de Pensiones, Solange Berstein, junto a Andrea Tokman, señala que dado que los sistemas de capitalización son de beneficios definidos están atados al monto de las contribuciones, y por ende “las diferencias de inserción en el mercado laboral entre géneros ya no sólo determinan la desigualdad de ingreso de las personas en su vida activa, sino también en su vida pasiva”.
En este contexto, Fajnzylber enumera cuatro factores que determinan el monto acumulado por una persona en una AFP: edad en que se comienza a cotizar, frecuencia con que se hacen los aportes, ingreso imponible y rentabilidad acumulada.
De acuerdo al académico la brecha entre hombres y mujeres se debería principalmente a dos de ellas. “Las mujeres cotizan menos frecuentemente que los hombres y por ingresos menores. Ello implica que los aportes en las cuentas son menores y como los fondos acumulan una rentabilidad proporcional al saldo administrado, estas diferencias tienden a crecer (en valor absoluto) a lo largo del tiempo”, dice Fajnzylber.
A esto, Alejandra Sepúlveda, directora ejecutiva de ComunidadMujer, agrega que “las mujeres tienen lagunas (periodos de no ahorro) comúnmente en la época fértil. Ahí no es raro que se retiren para cuidar por un tiempo a los niños, tomen trabajos informales o de tiempos flexibles. Eso hace que mientras ellos acumulan en jornadas completas, ellas acumulan poco en un momento clave”.
Y corresponde a un momento clave, porque “el efecto de los primeros ahorros es más importante por la rentabilidad”, dice Alejandro Micco, académico de la FEN de la U. de Chile.
A esto Sepúlveda agrega que “lógicamente el haber acumulado menos, a la hora de retiro las pensiones de las mujeres son más bajas que las de los hombres”.
Fuente: www.comunidadmujer.cl