transporte_publicoEl proceso de envejecimiento, puede conllevar diferentes cambios físicos que pueden hacernos más vulnerables a reducir nuestra capacidad de usar el transporte público.
Por ejemplo, el deterioro en la visión y audición, los cambios psicomotores que hacen enlentecer los reflejos y modificar el equilibrio, pueden condicionar el desempeño de los mayores en el uso del transporte.
Por otro lado, los mecanismos de información sobre el transporte público suelen estar vinculados con internet y otras plataformas tecnológicas, y sabemos que las personas mayores son el grupo etario que utiliza con menor frecuencia estos recursos. Si pensamos por ejemplo, en el sistema de transporte de Santiago de Chile (Transantiago), resulta esencial el uso de internet y telefonía móvil para educarnos sobre el funcionamiento del sistema, y luego, efectivamente, usarlo por medio de la planificación de nuestros viajes.
Como explica Jean Gajardo, Terapeuta Ocupacional de la Universidad de Chile y miembro de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile, “La movilidad en la comunidad  es fundamental en la mantención de la independencia y la autonomía para todas las personas. El uso de transporte público corresponde a una actividad instrumental de la vida diaria que nos permite transitar por nuestra ciudad y sacar provecho de ella. Nuestra movilidad se posibilita por medio del uso de transporte público o privado, conducir nuestro automóvil, caminar, andar en bicicleta, o por medio de una micro, taxi y otros sistemas de transporte que la ciudad pueda ofrecernos. Si bien el uso del transporte público es considerado una herramienta fundamental para la integración social de las personas mayores en la comunidad, la mantención de su autonomía y el cuidado de su salud mental, los adultos mayores pueden experimentar dificultades en su uso y muchas veces deben desarrollar por sí mismos estrategias que les faciliten el uso del transporte. De este modo, si para la mayoría de nosotros el transporte público  facilita dicha movilidad,  para las personas mayores la experiencia del uso del transporte público puede no ser siempre favorable”, comenta.
Por otra parte, la experiencia que las personas mayores tengan en el uso del transporte público no sólo responde a sus características individuales o a las del ambiente físico del transporte, sino que también al ambiente social en el que esta actividad se lleva a cabo. De este modo, toman relevancia las conductas que el resto de los usuarios tengamos hacia los mayores: actitudes de precaución, ceder asientos, el respeto que el conductor tenga de los tiempos para ascenso y descenso, entre otras.
A partir de lo anterior, las personas mayores pueden verse limitadas en su decisión de usar el transporte público, viendo reducidas su posibilidad de movilidad en la comunidad lo que al largo plazo puede condicionar una menor participación social. Por su parte, para los adultos mayores que decidan usar el transporte público, esta experiencia puede conllevar riesgos y otras incomodidades.
Es así como las eventuales estrategias para favorecer que las personas mayores usen de forma más segura y satisfactoria el transporte público, considera distintos actores, incluyendo las personas mayores mismas, los demás usuarios, y los planificadores del transporte.
A continuación se describe algunas consideraciones para cada uno de ellos:
1. La persona mayor
– Relaciónese con el sistema de transporte de su ciudad. Solicite ayuda para obtener información sobre su funcionamiento.
– Planifique su viaje previamente. Tome nota de los recorridos, buses y estaciones que conformarán su viaje.
– Si lo necesita, solicite que le cedan asiento reservado. Recuerde que es su derecho.
– Cuando use el transporte, intente disponer de ambas manos libres para poder ampliar la posibilidad de apoyo y sujeción. Use bolsos o mochilas para cargar sus pertenencias. Esto también optimiza su energía.
– Utilice sus lentes, audífonos y otros dispositivos de compensación. Esto le permite tener un mayor campo de información y mayor seguridad.
– Infórmese de los horarios en que las tarifas se reducen para los adultos mayores, y así reducir los gastos asociados.
– Para algunas personas mayores, resulta más cómodo usar el transporte público en los horarios de bajo tráfico (10:00 – 17:00 hrs, aproximado) ya que hay mayor disponibilidad de espacio y asientos.
2. Otros usuarios
Como usuarios del sistema, nuestras actitudes y consideraciones hacia las personas mayores pueden hacer que su experiencia sea más segura y favorable.
– Ponga atención en caso que una persona mayor tenga dificultades en el acceso y uso. Ofrezca su ayuda. Además de brindar una mejor experiencia a la persona mayor, con esto usted velará por el normal funcionamiento del servicio evitando accidentes u otras situaciones.
– Ceda los asientos reservados. Recuerde que es un derecho de todos, y que en algún momento usted también podría necesitarlos.
3. Planificadores del transporte.
Para un desempeño satisfactorio y seguro de esta actividad, las personas mayores requieren que los espacios públicos y los medios de transporte sean accesibles considerando la diversidad de niveles funcionales y de limitaciones que posean.
– Involucre a adultos mayores en la planificación de los servicios de transporte público, esto facilita la retroalimentación constante a las decisiones que puedan tomarse.
– Incentive la realización de investigación o busque y considere la información que exista sobre las necesidades de las personas mayores en relación con el transporte público, en relación al acceso, la aceptabilidad, la utilidad, las necesidades y expectativas que éstas tengan.
– Gestione el plan de transporte público con una mirada intersectorial, que incorpore otros actores relevantes vinculados con áreas de discapacidad y dependencia, arquitectura y academia, por ejemplo.
– Genere una línea de gestión específica que aborde la relación de las personas mayores con el sistema de transporte.
– Promueva un sistema de transporte organizado y que no varíe sus recorridos.
– Disponga de instructivos en los paraderos, que detallen los horarios y expliquen cómo funciona el transporte.
– Sensibilice y eduque a la población usuaria del transporte en una conducta empática y de cuidado mutuo entre pasajeros.
– Aumente servicios durante fines de semana y feriados.
– Incorpore en las rutas las necesidades de acceso de adultos mayores según contexto geográfico (por ejemplo, priorizar cercanía a centro de salud, o centros recreativos o municipales).
– Provea rampas y elevadores de silla de ruedas automáticos.
– Prefiera adquirir buses de baja altura.
– Provea dispositivos audiovisuales que entreguen información sobre rutas y características del sistema de transporte.
– Instale estaciones telefónicas de ayuda en paraderos clave o en estaciones.
– Provea información en sistema Braille.
– Provea el tiempo real de espera en los paraderos y estaciones.
El uso de transporte público es una actividad que favorece la inclusión de las personas mayores en sus ciudades y vida social. En el contexto de envejecimiento que nuestro país experimenta, es necesario generar sistemas de transporte que respondan a las necesidades de los adultos mayores, para promover así un uso seguro y una experiencia favorable para ellos, y para esto, debe involucrarse acciones y consideraciones de distintos actores, incluyendo a las personas mayores, los demás usuarios del transporte, y por supuesto, los planificadores de los sistemas de transporte público.
Fuente: www.socgeriatria.cl